sábado, 4 de octubre de 2014

viernes, 3 de octubre de 2014

Conclusiones Sobre el Experimento

RESULTADOS DEL EXPERIMENTO

Antes del experimento de Stanley Milgram, los expertos pensaban que aproximadamente entre el 1 y el 3% de los sujetos no dejaría de realizar las descargas. Creían que tendrían que ser morboso o psicópata para hacerlo.
Los resultados que obtuvo Milgram fueron tan sorprendentes como desalentadores. Solamente el 35% de los sujetos críticos desobedeció al investigador y se negó a continuar con el experimento hasta el final, incluso cuando ya no oían los gritos de dolor del alumno, pudiendo entender que éste había perdido el conocimiento.
Se debe señalar que en la gran mayoría de los participantes se podía observar un gran estrés o incomodidad, sobre todo, llegados a los puntos finales.
En posteriores variaciones del experimento se pudo ver cómo, cuando la cercanía física del maestro y el alumno aumentaban (le podía ver o incluso sostener su mano), los porcentajes de desobediencia aumentaban hasta un 60 y un 70% respectivamente.
Ninguno de los sujetos críticos que optaron por desobedecer al investigador y parar el experimento pidieron que esas sesiones dejaran de realizarse en un futuro y ninguno, tampoco, acudió al otro cuarto donde se suponía que estaba la “victima” a comprobar su estado sin antes pedir permiso al investigador.

POSIBLES EXPLICACIONES

Según Milgram, estas conductas se pueden explicar a través de:
  • La “deshumanización” del otro, es decir, dejar de considerar al otro como un ente humano, para así poder obviar sus propias normas éticas o la moral societaria.
  • La sumisión ante la autoridad puede explicar estas conductas a través de la derivación de nuestra responsabilidad moral o ética hacia la autoridad (en este caso el investigador).
  • La pérdida de referencia ante la absorción en los aspectos técnicos del experimento.
  • “La teoría del conformismo” donde cuando el individuo no tiene la habilidad ni el conocimiento para tomar decisiones, sobre todo en situaciones críticas, deriva éstas hacia el grupo o la jerarquía.
  • “La teoría de la cosificación”. Es la esencia de la obediencia. El individuo se mira  a sí mismo como un instrumento que realiza los deseos de otra persona y por lo tanto no se considera responsable de sus actos.

CONCLUSIÓN DEL GRUPO

En conclusión, podemos decir que el ser humano es influenciable bajo cierta presión autoritaria; ademas, a esto debemos sumarle el carisma propio de el "ser autoritario" y el "miedo" que este pueda infligir sobre aquellos que le siguen las ordenes. Ejemplo: "no es la misma autoridad que ejerce un líder como Iosef Stalin o Adolf Hitler que mediante su 'carisma' imponen obediencia, que lideres mas actuales pero menos duros que no imponen tanta obediencia dado que su método carismático es menor"

                

Repercusiones Éticas del Experimento

En los años posteriores a la realización del experimento, los psicólogos y sociólogos han comenzado a cuestionar la ética detrás del mismo, y si el experimento debería haber sido permitido o no.
Milgram quería establecer si las personas realmente obedecerían a las figuras de autoridad aunque las instrucciones fueran moralmente incorrectas.
En ese momento, la ética del experimento de Milgram parecía razonable, pero con los controles más estrictos que existen en la psicología actual, este experimento no hubiera sido permitido. La generación de Milgram necesitaba respuestas concluyentes sobre si, ¿La naturaleza humana es intrínsecamente mala o una persona sensata podría ser obligada por la autoridad a realizar acciones antinaturales?

Una vez más, el experimento de Milgram adquirió relevancia en la década del ´70 con la Masacre de Mÿ Lai, en donde la sociedad cuestionó los motivos detrás esta masacre así como también de otras atrocidades cometidas por los estadounidenses en Vietnam. Si bien las acciones de los soldados no pueden ser justificadas, se mostraron los efectos horribles sobre la psique y la moral de los jóvenes que produjo la exposición diaria a la muerte y al sufrimiento.
Masacre de Mÿ Lai

Los estándares éticos modernos afirman que los participantes de cualquier experimento no pueden ser engañados y que deben ser conscientes de las consecuencias. Para ser justos, la investigación llevada a cabo después del experimento indicó que no hubo efectos psicológicos a largo plazo entre los participantes.
Sin embargo, el hecho de que estas personas pensaran que habían causado sufrimiento a otro ser humano, podría haber causado una angustia emocional severa.

Si bien el experimento de Milgram aparentemente no tuvo efectos a largo plazo sobre los participantes, es esencial que los estudios psicológicos tengan pautas estrictas.
El efecto a largo plazo de seguir llevando a cabo estudios similares sería destructivo para la investigación sin engaño. Gran parte de las investigaciones de psicología exploran áreas donde los sujetos implicados son más escépticos que la media de la población.
Tal vez nunca estarían de acuerdo en participar en una investigación que fuera inofensiva o destinada a ayudar a los sujetos si se sabe que los investigadores suelen utilizar el engaño.

En conclusión, si bien no hay duda de que el experimento en su formato original no sería permitido, es importante recordar que Stanley Milgram no era una mala persona. Él estaba realmente tratando de descubrir las razones por las que los seres humanos podrían verse envueltos en un gran mal.

El Experimento

Milgram entonces, quería averiguar con qué facilidad se puede convencer a la gente común y corriente para que cometan atrocidades como las que cometieron los alemanes en la Segunda Guerra Mundial; Quería saber hasta dónde puede llegar una persona obedeciendo una orden de hacer daño a otra persona.
Anuncio y Solicitud para participar en el
Experimento (en Inglés)
Puso entonces, anuncios pidiendo voluntarios para un estudio relacionado con la memoria y el aprendizaje. Los participantes seleccionados fueron 40 hombres de entre 20 y 50 años y con distinto tipo de educación, desde sólo la escuela primaria hasta doctorados.
Se representa a continuación cómo se ponía en marcha el experimento en sí; participaban tres personas, el investigador y un cómplice, por un lado, y el sujeto crítico (de estudio), por otro. Se les reunía en una sala y se pedía al cómplice y al sujeto crítico que extrajeran un papel que determinaría su rol. En ambos papeles ponía “maestro”, pero el sujeto crítico no lo sabía, así que siempre ejercía de "maestro". Por ende, el cómplice siempre actuaba de “alumno”.
El Investigador (V), persuade al Sujeto de prueba (L),
para que de descargas eléctricas supuestamente reales, a un
actor y cómplice (S)

Al "maestro" se le daba una tabla con 40 pares de palabras y al "alumno" se le ataba a una silla que supuestamente proporcionaba descargas eléctricas de diferente magnitud, colocándole electrodos con un gel para que las descargas no quemaran su piel, todo esto en una sala contigua que el "maestro" no observa.
El "maestro" entonces debía leer una sola vez los 40 pares de palabras y el "alumno" debía memorizarlas; Una vez hecho esto, el "maestro" empezaba a leer solo la primera palabra de cada par y daba al alumno 4 posibles respuestas, entre las cuales el alumno debía elegir la correcta.
Sujeto de Prueba frente a la maquina que
muestra la respuesta del "alumno", y
"da" las descargas eléctricas
Si el "alumno" fallaba, se le empezaba dando una descarga de 15 voltios y aumentaba progresivamente con cada fallo (de 15 en 15V) hasta alcanzar los 450V; todo esto bajo la atenta mirada de el investigador, quien supervisaba y guiaba al "maestro" en todo momento.
Cabe remarcar, que antes de empezado el experimento se les había proporcionado a ambos (tanto "alumno", como "maestro") una descarga real de 45V para que el maestro tuviera una idea sobre el dolor que podía infligir al alumno.
  Cabe destacar nuevamente, que el maestro no ve en ningún momento al alumno, solo le escucha. En el cuadro de mandos hay varios grupos de interruptores con una etiqueta según la intensidad:
  • Descarga ligera (de 15 a 60 voltios)
  • Descarga moderada (75 a 120 voltios)
  • Descarga fuerte (135 a 180 voltios)
  • Descarga muy fuerte (195 a 240 voltios)
  • Descarga intensa (255 a 300 voltios)
  • Descarga extremadamente intensa (315 a 360 voltios)
  • Peligro: Descarga severa (375 a 420 voltios)

Cuadro de mando, con los interruptores y sus graduaciones de voltaje.

Como ya se ha podido entender, las descargas no eran reales y las expresiones y gritos de dolor eran unas grabaciones realizadas con anterioridad.
Si en algún momento el "maestro" dudaba o se negaba a hacerlo y se dirigía al investigador, éste le daba unas instrucciones (4 procedimientos):
  1. Procedimiento 1: Por favor, continúe.
  2. Procedimiento 2: El experimento requiere que continúe.
  3. Procedimiento 3: Es absolutamente esencial que continúe.
  4. Procedimiento 4: Usted no tiene otra alternativa. Debe continuar.
Investigador incitando al sujeto de prueba
a que continúe con el Experimento

Si después de aquella última frase el "maestro" se negaba a continuar, se paraba el experimento. Si no, se detenía después de que hubiera administrado el máximo de 450 voltios tres veces seguidas.

Antecedentes Motivadores al Experimento

La idea de la realización de este experimento, le surgió a Stanley Milgram sobre la base de el juicio de Adolf Eichmann en 1960. Eichmann fue condenado a muerte en Jerusalén por crímenes contra la Humanidad durante el régimen nazi.
Adolf Eichmann
Eichmann fue el encargado de la logística nazi; Planeó la recogida, transporte y exterminio de los judíos durante el Holocausto. Sin embargo, en el juicio, Eichmann expresó su sorpresa ante el odio que le mostraban los judíos, diciendo que él sólo había obedecido órdenes, y que obedecer órdenes era algo bueno.
Adolf Eichmann en su juicio
En su diario, cuando estuvo en la cárcel, escribió: «Las órdenes eran lo más importante de mi vida y tenía que obedecerlas sin discusión».
 Seis psiquiatras declararon que Eichmann estaba sano, que tenía una vida familiar normal y varios testigos dijeron que era una persona corriente.
Stanley Milgram estaba muy intrigado pues Eichmann era un nombre normal, incluso aburrido, que personalmente no tenía nada en contra de los judíos, inclusive estaba hasta emparentado con ellos; entonces, ¿Por qué había participado en el Holocausto?, ¿Sería sólo por obediencia?, ¿Podría ser que todos los demás cómplices nazis sólo acatasen órdenes?, ¿O es que los alemanes eran diferentes y malvados?
Milgram señala que ésta era una de sus principales motivaciones, intentar comprender si el holocausto y todo lo que rodeó al nazismo fue algo propio de aquellos alemanes en particular o si bajo ciertas circunstancias, cualquiera de nosotros podría haber hecho algo parecido, dado que en los juicios posteriores a la Segunda Guerra Mundial, muchos otros criminales de guerra declararon que simplemente cumplieron órdenes y que no podían ser considerados responsables de sus actos.

Los alemanes: ¿fueron realmente malvados y desalmados o se trata de un fenómeno de grupo que le podría ocurrir a cualquiera en las mismas condiciones?
Nazis, ¿Maldad, o solo Obediencia a la Autoridad?

Stanley Milgram, Autor del Experimento

Stanley Milgram fue un psicólogo social estadounidense, que nació el 15 de agosto de 1933 en Nueva York, en el seno de una familia hebrea, cuyo padre Samuel Milgram era un panadero de origen húngaro y su madre Adele era de ascendencia rumana.

Fue primeramente estudiante de ciencias políticas en el Queens College, de Nueva York, donde se graduó en 1954 y no realizo ahí estudios de psicología. 

Se presentó a un postgrado en psicología social en la Universidad de Harvard y fue rechazado inicialmente dado que no tenia la preparación necesaria para aquel postgrado, pero fue aceptado finalmente en 1954 después de realizar seis cursos externos de psicología, por lo cual pudo graduarse en 1960.
Realizó el reconocido "Experimento sobre la obediencia a la autoridad", el cual fue en verdad, una serie de experimentos de psicología social llevada a cabo por Milgram en la Universidad de Yale, y que fue descrito en un artículo publicado en 1963 en la revista Journal of Abnormal and Social Psychology bajo el título Behavioral Study of Obedience (Estudio del comportamiento de la obediencia) y resumida en 1974 en su libro "Obedience to authority. An experimental view" (Obediencia a la autoridad. Un punto de vista experimental).

También fue reconocido por su "Experimento del mundo pequeño" donde intentó probar la famosa teoría de "los seis grados de separación" 
Acuñó el término “estado agentico”, referido al estado en que una persona soporta lo que hace en contra de los valores propios.
Está considerado como uno de los más importantes psicólogos del siglo XX. Falleció en Nueva York el 20 de diciembre de 1984, de un ataque al corazón.