viernes, 3 de octubre de 2014

Repercusiones Éticas del Experimento

En los años posteriores a la realización del experimento, los psicólogos y sociólogos han comenzado a cuestionar la ética detrás del mismo, y si el experimento debería haber sido permitido o no.
Milgram quería establecer si las personas realmente obedecerían a las figuras de autoridad aunque las instrucciones fueran moralmente incorrectas.
En ese momento, la ética del experimento de Milgram parecía razonable, pero con los controles más estrictos que existen en la psicología actual, este experimento no hubiera sido permitido. La generación de Milgram necesitaba respuestas concluyentes sobre si, ¿La naturaleza humana es intrínsecamente mala o una persona sensata podría ser obligada por la autoridad a realizar acciones antinaturales?

Una vez más, el experimento de Milgram adquirió relevancia en la década del ´70 con la Masacre de Mÿ Lai, en donde la sociedad cuestionó los motivos detrás esta masacre así como también de otras atrocidades cometidas por los estadounidenses en Vietnam. Si bien las acciones de los soldados no pueden ser justificadas, se mostraron los efectos horribles sobre la psique y la moral de los jóvenes que produjo la exposición diaria a la muerte y al sufrimiento.
Masacre de Mÿ Lai

Los estándares éticos modernos afirman que los participantes de cualquier experimento no pueden ser engañados y que deben ser conscientes de las consecuencias. Para ser justos, la investigación llevada a cabo después del experimento indicó que no hubo efectos psicológicos a largo plazo entre los participantes.
Sin embargo, el hecho de que estas personas pensaran que habían causado sufrimiento a otro ser humano, podría haber causado una angustia emocional severa.

Si bien el experimento de Milgram aparentemente no tuvo efectos a largo plazo sobre los participantes, es esencial que los estudios psicológicos tengan pautas estrictas.
El efecto a largo plazo de seguir llevando a cabo estudios similares sería destructivo para la investigación sin engaño. Gran parte de las investigaciones de psicología exploran áreas donde los sujetos implicados son más escépticos que la media de la población.
Tal vez nunca estarían de acuerdo en participar en una investigación que fuera inofensiva o destinada a ayudar a los sujetos si se sabe que los investigadores suelen utilizar el engaño.

En conclusión, si bien no hay duda de que el experimento en su formato original no sería permitido, es importante recordar que Stanley Milgram no era una mala persona. Él estaba realmente tratando de descubrir las razones por las que los seres humanos podrían verse envueltos en un gran mal.

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